La tecnología avanza a gran velocidad. La competencia entre las tecnológicas para crear dispositivos wearables capaces de realizar  funciones relacionadas con la salud de sus propietarios es abrumadora.

Ya conocemos el posicionamiento de la Sociedad Europea de Cardiología (SEC) publicado en sus últimas guías de práctica clínica de fibrilación auricular (FA) de 2021, en el que se establece el diagnóstico de FA con una sola derivación del ECG con dispositivos wearables homologados y aceptados, como el Kardia Mobile® o el IWatch Apple®, con posterior confirmación.

Ahora se ha publicado un nuevo documento europeo sobre los dispositivos wearables de  medición de la tensión arterial, ante la avalancha de nuevos gadgets tecnológicos. 

Uno de los problemas con las nuevas tecnologías es que su promoción e integración en la vida de la gente puede tener lugar antes de su validación, con vacíos de investigación no resueltos. En el caso de los dispositivos para medición tensional wearables, no disponemos  de datos que nos indiquen si sus valores de corte son equivalentes a los utilizados por los sistemas tradicionales de medición con manguitos de tensión arterial. Además, cada dispositivo puede arrojar cifras tensionales distintas, porque utilizan diferentes sistemas tecnológicos de medición y presentan distintas calibraciones. También supone una limitación la medición de la tensión arterial en condiciones carentes de suficiente evidencia para establecer valores de corte, difiriendo de las condiciones de los actualmente aceptados para el diagnóstico y seguimiento de la tensión arterial, pudiendo sobreestimar o subestimar las cifras tensionales.

No debemos olvidar que la toma tensional no se puede banalizar, requiere que se cumplan una serie de recomendaciones para realizar la toma adecuadamente y así poder etiquetar los valores como fiables. Generalizar dispositivos de toma tensional sin realizar una educación adecuada para que el paciente conozca cómo y en qué condiciones debe tomarse la tensión, puede conducir a errores importantes en la práctica clínica.

Todo esto ha sido recogido por la última declaración de la Sociedad Europea de Hipertensión (ESH) publicada en el Journal of Hypertension, que concluyen que actualmente no se puede considerar válida la determinación de tensión arterial con estos dispositivos wearables, por tanto, NO se recomienda su uso.

Esto no significa que no exista futuro para ellos, de hecho,  podrían llegar a solventar algunas de las limitaciones del sistema tradicional de toma tensional:

• Conocer el comportamiento tensional de forma dinámica, reflejando sus cambios según se modifique la situación física o mental del paciente y su significado en salud.

• Evitar el efecto adrenérgico secundario a la ansiedad y molestias que puede generar el inflado de manguito en el paciente, con clara repercusión en las cifras tensionales.

En cualquier caso, se necesitan estudios de investigación que validen los valores de corte para el diagnóstico de HTA con estos dispositivos. Hasta entonces, la información que nos suministran estos wearables tiene un significado que DESCONOCEMOS.