INSUFICIENCIA CARDIACA
Más duración y peor control inicial de la DM, mayor incidencia de IC
Autora: Cristina Rodríguez Sánchez-Leiva (Cardiología, Hospital Mateu Orfila. Baleares)
Fecha de publicación: 14/02/2023
Categoría: Novedades
3 minutos
Este post incluye opiniones de su autor. Las partes del texto subrayadas contienen enlaces a la evidencia científica en la que se sustenta
Un estudio observacional con 23754 personas del “Biobank” de Reino Unido con diabetes mellitus (DM), tanto tipo 1 como tipo 2, sin insuficiencia cardiaca (IC), concluye que una mayor duración de la DM se asocia a una incidencia mayor de IC. Es decir, se suman datos que apoyan que la duración de la DM es un factor independiente y con peso significativo en el riesgo de desarrollo de IC.
El seguimiento fue durante una media de 11,7 años. Un total de 2081 personas con DM participantes desarrollaron IC.
El estudio dividió a los pacientes en 4 categorías, según la duración de la DM. < 5 años, de 5 a 9 años, de 10 a 14 años y ≥ 15 años. La incidencia de IC fue significativamente mayor entre los pacientes con DM de ≥ 15 años en comparación con aquellos con < 5 años (incremento del 32%), aunque no alcanzó la significación al comparar el grupo de < 5 años con el de < 15 años. También se constató que el bajo control glucémico en el inicio (aquellos con valores de HbA1c ≥ 8% en comparación con aquellos con valores < 7%) se asoció a un aumento de la incidencia de IC del 46%. El efecto de la duración de la DM y el control inicial de la HbA1c se comportó de forma aditiva, con mayor riesgo en aquellas personas con DM de ≥ 15 años con HbA1c al inicio ≥ 8%, independientemente de la edad, sexo y raza.
Estos datos son relevantes porque se trata de un gran estudio de más de 20000 personas con DM, pero no podemos obviar que estamos ante un estudio observacional, con problemas a la hora de establecer la duración real de la DM de los participantes, que incluyó conjuntamente a personas con DM 1 y 2, y no aportó información sobre la fracción de eyección del ventrículo izquierdo.
No obstante, es importante comentar este artículo porque nos recuerda la importancia de la DM como factor de riesgo de desarrollo de IC (no solo de enfermedad ateroesclerótica), apoyando así las últimas recomendaciones de screening del daño micro-macroscópico cardiaco en los pacientes con DM. De hecho, las últimas guías de práctica clínica de la AHA/ACC del 2022 y el último documento de posicionamiento de la ADA del 2022 sobre el paciente con DM recomiendan la determinación de los biomarcadores (como los péptidos natriuréticos o la troponina), para despistaje de daño cardiaco (miocardiopatía diabética) en los pacientes con DM tipo 2. Si el paciente tiene miocardiopatía diabética, se recomienda iniciar terapia con iSGLT2, con intención de prevenir el desarrollo de IC. No debemos olvidar que los pacientes con DM tipo 2 (DM2) tienen un riesgo de IC entre 2 y 5 veces mayor que los controles sanos emparejados por edad y sexo, y que la IC constituye la segunda patología en la esfera cardiovascular en el paciente con DM tipo 2, solo por detrás de la arteriopatía periférica. Importante conocer estos datos, porque hasta hace poco la IC no se consideraba relevante en el paciente con DM tipo 2, un error, porque por sí misma constituye un factor de riesgo de desarrollo de IC en ausencia de otros factores como la hipertensión arterial, la enfermedad coronaria o las valvulopatías.
Aunque son múltiples los mecanismos por los que la DM puede producir IC (un paciente con DM debe considerarse en estadio en riesgo de IC, y si eleva biomarcadores hablaríamos de estadio pre-IC) con efectos deletéreos que acumulativamente contribuyen a incrementar la incidencia de IC a lo largo del tiempo, aún no se conocen todos los mecanismos implicados (efecto de la hiperinsulinemia/resistencia a la insulina, de la hiperglucemia, lipotoxicidad, estrés oxidativo, disfunción mitocondríal, neuropatía autonómica cardiaca, alteración de la microcirculación con isquemia asociada, aumento de la disfunción del sistema renina-angiotensina-aldosterona, insuficiencia renal -fundamental recordar los síndromes cardiorenales y la relación entre la insuficiencia cardiaca y la renal-,…).
Tal y como inciden los últimos documentos de práctica clínica de diferentes especialidades (cardiología, medicina interna, endocrinología, medicina familiar y comunitaria…), debemos prevenir el desarrollo de IC en nuestros pacientes con DM, al igual que el desarrollo de cardiopatía isquémica y enfermedad ateroesclerótica, con posicionamiento principal de las moléculas iSGLT2 y arGLP-1, que se suma al control de los factores de riesgo cardiovasculares asociados y la optimización de tratamiento con IECAs/ARA II y Betabloqueantes.
Ilustración 1. DM, factor de riesgo de desarrollo de IC
Referencias